La iniciativa TEEBAgriFood para el Maíz y la Milpa en México

El maíz (Zea mays L.), domesticado en la región de Balsas en México hace aproximadamente 9000 años, desempeña un papel crucial en el sistema alimentario global, es incluso uno de los cultivos con mayor diversidad de usos industriales. No obstante, en México el maíz es más que una mercancía agrícola, ya que tiene un valor cultural irremplazable y constituye uno de los pilares fundamentales de la seguridad alimentaria nacional, de nuestra identidad y de la cocina mexicana, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El maíz criollo o nativo es una de las razas más significativas en nuestro país, está en constante evolución y representa 59 variedades de las 62-69 que se reportan en México. Todos estos maíces conservan el conocimiento ancestral de prácticas agrícolas y manejo de semillas, que hoy se conservan en el seno de las familias campesinas en una multiplicidad de sistemas alimentarios tradicionales, como en la milpa.

La milpa (del náhuatl milpanmilli «parcela sembrada» y pan «encima/en») es el sostén de muchas familias campesinas. En ella se cultiva una amplia variedad de maíces, usualmente en compañía del frijol, chile, calabaza y muchos otros cultivos que satisfacen sus necesidades alimentarias, medicinales y rituales. Las prácticas tradicionales que mantienen esta gran agrobiodiversidad proveen servicios ambientales benéficos para la agricultura y la sociedad.

Sin embargo, los sistemas de producción tradicionales han sido desfavorecidos frente a los homogéneos sistemas de producción intensivos, cuyos rendimientos suelen ser mayores, pero con altos costos ambientales. Ante las condiciones actuales de cambio climático, debemos reconsiderar el papel del maíz criollo en la resiliencia del cultivo para el futuro, además de revalorizar las prácticas y conocimientos tradicionales, cuyos custodios, los pequeños agricultores, han sido históricamente marginados.

Enfoque y objetivos de la iniciativa TEEBAgriFood Maíz y Milpa

El enfoque de TEEBAgriFood busca la evaluación integral de los sistemas alimentarios. Lo logra visibilizando el valor y nuestra dependencia de los beneficios invisibles, como los servicios ecosistémicos, la seguridad alimentaria, la equidad social y los medios de vida, derivados del patrimonio natural.  Para comprender esta dependencia y conocer los costos ocultos dentro de la cadena de valor ecoagroalimentaria, el Marco de evaluación de TEEBAgriFood integra los conceptos de capital natural, capital humano, capital social y capital producido, como reservorios base para desarrollar estudios exhaustivos.

El proyecto TEEBAgriFood Maíz y Milpa busca contribuir al desarrollo de políticas públicas productivas, ambientales en torno al sistema de producción de maíz (comercial y autoconsumo). El estudio analiza escenarios de política pública, además de las tendencias y proyecciones business-as-usual a mediano y largo plazo en torno a los cuatro capitales del sector maicero nacional, además de ejecutar y analizar dos escenarios de política pública. 

La iniciativa ha sido financiada por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) de la República Federal de Alemania, en el marco del proyecto “Integración de la Biodiversidad en la Agricultura Mexicana” (IKI IBA) que fue implementado por la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) en México.

El estudio fue ejecutado por un Consorcio de investigación liderado por la Universidad Iberoamericana, quien coordinó un consorcio en el que también participaron: la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), la Universidad de Lincoln (UOL) en el Reino Unido, y los dos centros del Consultative Group for International Agricultural Research (CGIAR)—el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco y el International Food Policy Research Institute (IFPRI) en Washington, D.C 

Los objetivos y alcances fueron guiados por un Comité Directivo compuesto por representantes del gobierno mexicano, tanto del sector agrícola, a través de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) como del sector ambiental, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y del sector salud, a través del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Los planteamientos metodológicos fueron refinados por un Comité Técnico formado por actores del gobierno, academia, gobierno y la sociedad civil.

Basado en los aprendizajes y conocimientos adquiridos en este proyecto y en la iniciativa global de TEEBAgriFood, el PNUMA propone opciones para la política pública mexicana enfocada al sector maíz fundamentadas en cuatro pilares:

I. DiferenciaciónII. Compensación
Diferenciar el mercado de maíz a través de una certificación y etiquetado del maíz nativo asociado a prácticas productivas sostenibles.Incentivar las prácticas agrícolas sostenibles y el patrimonio cultural a través de apoyos directos a los productores.
III. Aumentar demanda de maíces criollosIV. Enfoque integral
Invertir en el mercado y cadena de valor de productos de maíces nativos y sostenibles.Evitar potenciales impactos secundarios y contabilizar el valor de capital natural tomando una perspectiva del paisaje.

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